México tiene de los cafés más especiales del mundo, por sus características geográficas, cada uno sabe distinto, no es lo mismo probar un natural de Atoyac, Guerrero, o un café de fuerte sabor y delicado aroma de Pluma Hidalgo, Oaxaca o un achocolatado de Ixhuatlán del Café. Esto es por nombrar solo algunos, ya que tenemos cafés de gran calidad en Nayarit, Puebla, Hidalgo, Chiapas, Estado de México, Jalisco, etcétera.
Aunque es motivo de orgullo sabernos partícipes de tan importante patrimonio agrícola, este ciclo se asoma una de las peores crisis del café mexicano por diversos problemas, especulación, sobre todo, que están extinguiendo en el siglo XXI a un México cafetalero que alguna vez fue ejemplo de producción y organización gremial en el mundo.
En los últimos meses, hemos leído, escuchado y sido alertados de que el café se encuentra en una grave crisis de precios (otra vez) alrededor del mundo. El kilo de café cereza, se está pagando al mismo precio de 1983[1] pero con la inflación de 2019. Estos números tan impactantes, traen algunas cuestiones a la reflexión:
Si les pagan tan poco a quién produce ¿Por qué nos cuesta una taza de café cada vez más?, ¿Quién puede vivir con tan pocos ingresos? Si las crisis son tan recurrentes ¿Por qué los productores no cambian por un producto más rentable?, infinidad de preguntas, que trataremos de responder, reflexionando, ante todo, para convertirnos en consumidores que sean parte de la solución y no del problema.C
Con información de EXCELSIOR