Hace 33 años México fue azotado por un crimen en donde las víctimas fueron tres pequeños y aunque esto pudiera sonar horrible, el país se estremeció aún más cuando se descubrió que fue su propia madre quien les quitó la vida, bajo la excusa de salvar sus almas de una supuesta visión que estaba protagonizada por un desastre que se llevaría todo a su paso; la casa de la familia Mijangos fue el lugar donde sucedió aquel atroz crimen y desde ese momento se convirtió en un sitio que ha sido invadido por decenas de curiosos quienes, conocedores del suceso, buscaron explorar el inmueble, llegando incluso a realizar rituales ahí.
A partir de este asesinato, la Casa Mijangos fue cerrada al público e incluso se construyó una barda que cubre completamente la fachada del inmueble, pero los exploradores urbanos del canal Mystery World lograron ingresar a la ahora abandonada casa para documentar los daños sucedidos después del crimen y la supuesta energía de terror que reina el lugar.
La casa de la Hiena de Querétaro
A escondidas y huyendo de los vecinos que buscaban evitar su ingreso, el Capi y Derian (exploradores del canal Mystery World) lograron ingresar a la Casa Mijangos que se encuentra casi destruida por el paso del tiempo y los curiosos que habían invadido el lugar. En esta eploración llena de tensión y misterio, el Capi afirma que algunos familiares del esposo de Claudia aún habitan las casas aledañas por lo que el lugar se encuentra en constante vigilancia.
En el interior se pueden ver las paredes llenas de graffitis y los pocos acabados se encuentran completamente destruidos por extraños que han vandalizado el lugar; durante el día el ruido de los autos ocultó las voces del Capi y Derian quienes debían evitar las ventanas para no ser descubiertos, pero la tensión aumentó cuando después de la media noche ambos ingresaron nuevamente a la Casa Mijangos para ser testigos de los sucesos paranormales que ahora reinan el lugar.
Los fantasmas de la Casa Mijangos
Después de que los vecinos apagaron sus luces para ir a dormir, el Capi y Derian decidieron ingresar nuevamente a la casa en donde la Hiena de Querétaro habría asesinado a sus hijos y con sólo con la luz de sus linternas recorrieron las entrañas de lo que alguna vez fue un hogar feliz y aunque parecían conocerlo, la oscuridad de la noche logró acelerar su corazón al escuchar lo que parecían ser lamentos.
El Capi afirma que desde que se ingresa al lugar se puede sentir un temblor en todo el cuerpo y el ambiente paranormal invade a cualquiera que busca explorar el interior de la casa. Hablando entre susurros, el Capi recorre cada habitación en donde pueden encontrarse rastros de rituales que otras personas han realizado ahí ya que afirman que uno de los actos más ofensivos hacia cualquier divinidad es quitarle la vida a tus propios hijos, por lo que esta casa funciona como un vínculo paranormal con la oscuridad.
El lugar se puede ver destruido por el paso de los años y entre los escombros aún se pueden ver algunos juguetes que contrastan con el ambiente tan pesado que reina la casa, el Capi afirma que el dolor de cuerpo se compara con estar cargando a una persona sobre los hombros y el imaginar la escena del crimen da sentido a esto. En cada esquina parecía existir algo que los observaba y los rastros de rituales aparecían constantemente.
La tensión aumentó cuando los ruidos del exterior parecían indicar que dos personas rondaban a las afueras de la casa, por lo que tuvieron que apagar las luces que llevaban consigo para evitar ser descubiertos; con la voz entrecortada por la falta de aire, el Capi decidió que era momento para salir de la casa, antes de que las autoridades acudieran al lugar para verificar si realmente había alguien dentro.
El crimen de la Hiena de Querétaro
Cerca del centro de Querétaro se encuentra ubicada la Casa Mijangos, conocida porque el 24 de abril de 1989 dentro de ella, Claudia Mijangos asesinó a sus hijos Ana Belén (de nueve años), Claudia María (de 11 años) y Alfredo (de seis años). Muchas han sido las explicaciones del por qué sucedió esto, pero la versión oficial afirma que a los 33 años, Claudia comenzó a sufrir episodios psicóticos graves, estos episodios estuvieron marcados por alucinaciones de seres demoníacos y angelicales, los cuales causaron un profundo tormento psicológico a la llamada “Hiena de Querétaro“.
Una noche, después de discutir con su esposo y afirmando que “lo lamentaría”, Claudia se quedó en casa con sus tres hijos y entrando a la habitación de cada uno los arropó para luego irse a dormir. A las cuatro de la mañana, la mujer despertó sobresaltada por unas voces intensas dentro de su mente; en la investigación afirmó que estas voces le comunicaron que Mazatlán había desaparecido y que “todo Querétaro era un espíritu”. Llena de desesperación, Claudia contactó por teléfono a su amiga Verónica Vázquez, quien intentó calmarla y le dijo que por la mañana iría a visitarla.
A pesar de ésto Claudia continuó sumida en su desesperación por lo que se vistió y se dirigió a la cocina, donde tomó tres cuchillos; alrededor de las cinco de la mañana, Claudia atacó con un cuchillo a su hijo Alfredo quien soltó un grito desgarrador que despertó a Claudia María quien entró a la habitación y suplicó a su madre que se detuviera; al ver esto la Hiena de Querétaro lastimó a la niña que logró salir de la habitación, lo que despertó a los vecinos.
Mientras tanto, la mujer agarró el tercer cuchillo y se dirigió en busca de para terminar con su vidAna Beléna; después de realizar este atroz crimen en contra de los tres pequeños, los colocó en el dormitorio principal e intentó quitarse la vida lastimando sus muñecas, pero al día siguiente Verónica encontró la escena y llamó a las autoridades, entregando a la mujer para ser condenada por el asesinato de sus hijos y convirtiendo su propia casa en un lugar paranormal que sigue recordando sus acciones.
Con información de El Heraldo de México.